Habitar, participar, pertenecer: acceder a la vivienda: incluirse en la sociedad

domingo, 6 de abril de 2008


Habitar, participar, pertenecer: acceder a la vivienda: incluirse en la sociedad
Autor: Víctor Saúl Pelli(1)

Comentarios de: Claudio Pulgar Pinaud (2) para Revista INVI 2008

El presente libro editado el año 2007 tiene según su autor dos motivaciones centrales, la primera reunir en un solo volumen el contenido de trabajos producidos por el mismo desde los primeros años de la década de los noventa a la fecha de su publicación, alrededor de ideas claves para encarar el problema habitacional de los sectores en situación de pobreza, en el contexto latinoamericano, pero especialmente en el caso de Argentina desde mediados del siglo XX. La segunda motivación tiene que ver con difundir este material más allá del circuito académico, para “complementar aquella forma en cierto modo enclaustrada de las comunicaciones académicas y técnicas con la difusión más abierta, variada e imprevisible que ofrecen los anaqueles comerciales.”

Es importante destacar que el autor no se plantea la compilación de contenidos como una revisión académica e imparcial de las diferentes formas de afrontar el problema de la vivienda y la pobreza, sino como “una exploración encaminada a definir un abordaje desde una determinada postura teórico-ideológica.”

Los capítulos están ordenados temáticamente desde la situación de necesidad hasta la situación de satisfacción, cruzados transversalmente por la temática de la participación. Los dos capítulos de la primera sección titulada “Empezar por las primeras preguntas”, tratan sobre cuál es la naturaleza de la necesidad en el encuadre de situación de lugar y momento. El primer capítulo “La necesidad como basamento técnico y político de la gestión habitacional” es una constatación de que toda elaboración teórica, de acción o de decisión política, sobre la solución habitacional, debe tener su basamento en el conocimiento profundo y constante de las necesidades de las personas, no sólo de las encuestas y estadísticas sino de las personas concretas, con nombres, rostros y diálogo constante.

El segundo capítulo “Los datos de la situación de pobreza y la gestión habitacional” se plantea enfocar el problema habitacional latinoamericano no desde el habitual enfoque de carencia de viviendas, el famoso déficit cuantitativo, sino que entenderlo como un componente de bordes difusos dentro de la situación general de pobreza, tocando temáticas como la carencia de satisfactores, la exclusión y la carencia de cuotas de poder.

La segunda sección titulada “Una cierta concepción de las relaciones”, está integrada por dos capítulos que se dedican a aclarar consignas orientadoras y movilizadoras dentro de una determinada concepción de la sociedad y de sus caminos deseables de evolución hacia una situación de equidad, valoración mutua y crecimiento solidario.

En el capítulo 3 “ La acción social de vivienda como asistencia y redistribución” se exploran algunos aspectos de las acciones de asistencia. Para esto se analiza la situación a partir de supuestos que tienen un prisma ideológico para abordar el tema, tales como: “el que asiste sabe qué es lo que el asistido necesita. Lo que el que asiste transfiere al asistido es lo que éste necesita; el que asiste no considera necesario conocer qué es lo que el asistido piensa que necesita y basa su asistencia en lo que él (el que asiste) considera que el asistido necesita; el que asiste considera que lo que el asistido quiere, o piensa, o dice, que necesita, es lo que efectivamente necesita (actitud condescendiente); el que asiste considera que lo que el asistido necesita se debe determinar en un trabajo conjunto entre ambos, el que asiste y el asistido, con apertura a otros actores, convocados por sus conocimientos, por sus recursos, o por su relación con la situación de necesidad.” Este último supuesto se entiende como lo más próximo a una respuesta acertada.

El cuarto capítulo “La gestión participativa y concertada y sus reglas de juego”, presenta un conjunto de condiciones para asegurar la gestión habitacional participativa, además de exponer un listado de reglas generales, no exhaustivo, pero indicativo de la orientación y de los límites de campo de la tarea participativa.

La sección III “La puja por las palabras claves”, funciona como un paréntesis dedicado a revisar e intentar clarificar algunas nociones fuertemente instaladas en el campo habitacional. En el capítulo 5 trata sobre la Autoconstrucción y sus versiones en los sectores populares de América latina, entendiendo que durante la historia y los distintos países existen dispares formas de concebirlo y entenderlo.

En el capítulo 6 “La casa bella” se exhiben las relaciones entre estética, identidad y poder en torno a la vivienda de interés social. Se afirma el derecho del habitante a ser partícipe directo de la definición de su vivienda, incluyendo la definición estética. Se plantea superar el rol del arquitecto diseñador de firma o para la fotografía de la obra, por uno en que la relación personalizada y horizontal con el habitante enriquezcan el resultado final del trabajo, avanzando en la construcción de equidad en las decisiones sobre calidad de la vivienda, incluyendo en este caso, las expresiones estéticas.

El capítulo 7 se dedica a las llamadas “soluciones alternativas”, referidas al paradigma que comparte las siguientes premisas: metas formuladas en términos de necesidad habitacionales básicas a satisfacer, versus la vivienda terminada o llave en mano; construcción progresiva de la vivienda; participación de los habitantes; concertación-negociación entre actores; intermediación de lucro reducido; distribución de fuentes de aportes. Se hace una crítica a la institucionalización de este paradigma en versiones incompletas (sin seguimientos o apoyos continuados), presentándose como una degradación de la solución habitacional oficial, es decir como un pretexto para entregar viviendas incompletas o mínimas y de baja calidad. Convirtiéndose en un contrasentido de la versión genuina de las “soluciones alternativas”.

La cuarta y última sección “La meta y algunos caminos” está compuesta por tres capítulos, los más propositivos, que se dedican a precisar la meta de acción social en vivienda y a delinear enfoques de abordaje y de acción más compatibles con la naturaleza del problema. El capítulo 8 “La vivienda occidental, urbana y moderna y sus atributos” presenta el universo de las funciones humanas que requieren de la vivienda en nuestra cultura, a través de un conjunto de prestaciones, y la importancia que tienen los requisitos que se les exige cumplir a estas prestaciones.

En el capítulo 9 “Estrategias habitacionales de saturación de soluciones básicas” se desarrollo en torno al eje vivienda estándar mínima “completa” para pocos versus satisfacción gradual de necesidades habitacionales para todos. Entendiendo que no se trata de dos formas de llegar a un mismo tipo de resultado, entre las cuales hay que elegir la mejor, sino de dos formas de llegar a dos tipos diferentes de resultado, que suponen dos elaboraciones diferentes del problema y de su significado en la sociedad.

El último y décimo capítulo “El servicio habitacional para la transición, la apropiación y la permanencia” cuestiona la meta usualmente conocida de “entrega de casas”. Cambia el enfoque de entrega habitual por el de satisfactores habitacionales en el tiempo, cambiando la idea de que el servicio habitacional se cumple al proveer (entregar) el conjunto completo de bienes y servicios que conforman la casa.

Más allá del ordenamiento presentado de los capítulos y secciones, sus partes son bastante autónomas y la articulación entre ellas lo suficientemente flexibles como para que se puede leer en cualquier orden, según las inquietudes de cada lector.

(1)Arquitecto argentino, académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional del Nordeste.
(2)Arquitecto chileno, académico del Instituto de la Vivienda, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.

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